La pandemia por COVID-19 ha supuesto un hito para nuestra actividad profesional cambiando la forma de relacionarnos y comunicarnos, modificando nuestros procedimientos de trabajo para conducirnos hacia una atención farmacéutica más especializada y una asistencia más humanizada. Estos cambios son el resultado del aprendizaje de lo “vivido” y han generado una oportunidad para innovar y rediseñar los procesos en los que la tecnología digital será nuestra aliada. Uno de los valores más importantes de nuestras organizaciones son sus profesionales, y con la COVID-19 hemos aprendido que tenemos que cuidarlos, para que ellos puedan cuidar a los que no pueden hacerlo por sí mismos, los pacientes.